lunes, 24 de octubre de 2011

Tatort - En el lugar de los hechos


Bilder des Vorspanns - Imágenes de la cabecera
Letztens musste ich sehr lachen, als mir eine spanische Freundin erzählte, sie hätte zum ersten Mal in einer Neuköllner Kneipe Tatort geguckt. Wie das eben so ist, herrscht nämlich von 20:15 bis 21.45 Uhr an solchen Sonntagen absolute Ruhe, weil alle Gäste total gespannt auf die große Leinwand gucken, um die spannende Aufklärung des Mordes zu verfolgen. Es darf dann kein Handy klingen, geschweige denn gesprochen werden und wenn man auf´s Klo will, dann aber auch nur, weil´s wirklich dringend ist, denn das bedeutet, dass alle auf ihren Stühlen rumrutschen und die Köpfe hin und her bewegen müssen, um ja kein Detail dieser seit 40 Jahren erfolgreichen Krimiserie zu verpassen. Meine Freundin war über die Stille dieses Sonntags-Events sehr erstaunt, und es war ihr fast schon peinlich, nach dem Nippen an ihrem Bier das Glas wieder auf den Tisch zu stellen, aber noch erstaunter war sie darüber, dass zwischendurch gar keine Werbung geschaltet wurde. Ich musste wirklich sehr lachen und habe nur noch zu ihr gemeint, dass sie nun komplett in die deutsche Gesellschaft integriert sei. Am Sonntag Tatort zu gucken gehört einfach dazu!!!

Hace poco me tuve que reír mucho cuando una amiga mía española me contó que había visto por primera vez en un bar berlinés la serie Tatort [traducida queda como “En el lugar del crimen” en cuyos intrigantes capítulos se resuelve el caso de un asesinato]. Como suele pasar, entre las 20:15 y 21:45 horas hay silencio absoluto porque todos los clientes están mirando la pantalla tensamente para ver cómo se resuelve el caso. Es cuando no debe sonar ningún móvil, ni siquiera se habla y si tienes que ir al baño, que sea sólo en caso de urgencia, pues significa tener que hacer hueco y mover la cabeza de un lado para otro para no perder ni un solo detalle de esta serie policíaca que lleva cosechando éxitos desde hace 40 años. Mi amiga se quedó muy sorprendida ante el silencio de este evento dominguero, ya que le estaba dando hasta vergüenza el simple hecho de dejar el vaso encima de la mesa después de darle un trago a su cerveza. Pero más sorprendida se quedó aún al tener que darse cuenta que entremedio no hay ni siquiera anuncios. Me tuve que reír muchísimo y le dije que ahora sí que estaba totalmente integrada en la sociedad alemana. ¡¡¡Ver Tatort un domingo es un ritual indispensable!!!