martes, 22 de enero de 2013

Wintermelancholie - Melancolía de invierno




Winter blues...was für ein schönes Wort für eine solche stimmungslose Bedeutung. Der Winter kommt und die Menschen werden schlapp, müde und haben einfach keine Lust zu gar nichts. Dazu kommt noch, dass sie Heißhungerattacken verspüren und ständig was Süßes essen müssen. Aber klar, wer rappelt sich denn später auf, um zum Sport zu gehen und diesen Winterspeck loszuwerden? Genau: Niemand. Und warum? Weil es draußen arschkalt ist, es schneit, die Straßen sind glatt und bei dem Gedanken, dass man mindestens 10 Minuten braucht, bis man fertig angezogen, bzw. "eingepackt" ist, vergeht einem die Lust, überhaupt noch vor die Tür zu gehen. Und das alles nur, weil LICHT fehlt, das muss man sich erstmal vorstellen!

Dies hier ist nun mein dritter Winter in Berlin und bis jetzt hatte mich diese Jahreszeit nie groß beeinflußt. Im Gegenteil: Ich fand es sogar toll, die Winterklamotten aus dem Schrank zu holen, meine Stiefel anzuziehen und mit ihnen durch den schönen, weißen Schnee zu tapsen. Ich hatte es immer genossen, mich dick anzuziehen und fand es lustig, mich in Mützen, Handschuhen und Schals einzumummeln. Klar, ich komme aus Spanien und solche Accessoires kenne ich praktisch nur aus Katalogen, denn benutzt werden sie ja kaum....Aber nun gehen mir diese Accessoires so ziemlich auf den Keks. Mützen trage ich nicht gerne, Handschuhe verliere ich immer und Schals? Mh. Ja, die sind ok, aber sobald es anfängt zu schneien, werden sie nass und dann ist das nicht mehr lustig.

Nee, also der Winter blues hat mich dieses Jahr so ziemlich getroffen. Liegt aber auch vielleicht daran, dass ich fast einen Monat in Spanien im Urlaub war, wo es im Dezember jeden Tag locker 17ºC waren und fast immer die Sonne schien. Und dann plötzlich war ich wieder hier, in einen Alltag, der wegen den übriggebliebenen Feiertagen gar kein richtiger Alltag war. Hinzu kam noch ein Virus, wegen dem ich über eine Woche lang flach lag. Na toll. Aber glücklicherweise konnte ich letzte Woche zum ersten Mal wieder von Montag bis Freitag arbeiten! Ich wusste gar nicht mehr, wie das ging. Aber trotzdem, der Alltag ist anders als sonst. Es fehlt Licht und es fehlt Wärme. Und ich kann es nicht abwarten, bis hier wieder so einigermaßen schönes Wetter ist! 

Ein Arbeitskollege meinte neulich, „bald“ würde die Sonne scheinen und ein anderer sagte mir heute, morgen käme der Frühling...(?????) Also, ich weiß nicht, wo sie diese äußerst naiven Theorien her haben, aber okay. Wie man in Spanien immer sagt: "Das Gute lässt auf sich warten". Also, abwarten. Und Tee trinken.


Winter blues lo llaman aquí...o lo que es lo mismo: melancolía de invierno. Qué expresión más bonita para un significado tan carente de ánimo. Llega el invierno y las personas están flojas, tienen sueño y simplemente no tienen ganas de hacer nada. A esto hay que añadir los antojos que vienen y se quedan y esas ganas insaciables de comer algo dulce a todas horas. Pero claro, ¿luego quién se pone las pilas para ir a hacer deporte y perder esos kilos de más? Exacto: Nadie. ¿Y por qué? Porque fuera hace un frío del carajo, está nevando y las calles están resbaladizas y con pensar el tiempo que tarda uno en vestirse o, mejor dicho, en "empaquetarse" (mín. 10 minutos), a uno se le quitan las ganas de salir a la puerta de su casa. ¡Y todo esto porque falta LUZ! Es que es muy fuerte.

Este es mi tercer invierno en Berlín y hasta ahora esta estación del año no me había afectado en absoluto. Todo lo contrario: Me encantaba sacar la ropa de invierno y ponerme mis botas con piel de borrego para luego ir andando por la recién caída nieve blanca. Disfrutaba con vestirme así y me hacía hasta gracia eso de ponerme gorros, guantes y bufandas. Claro, vengo de España y este tipo de accesorios prácticamente sólo los conocía de los catálogos. Como no nos hacen falta, pues….Pero ahora estos accesorios me están tocando la moral. Los gorros no me gustan, los guantes los voy perdiendo por ahí  y ¿las bufandas? Mh…bueno, sí, están bien, pero en el momento que empieza a caer la nieve, éstas se empapan y ya no hace tanta gracia.

No, este año la melancolía de invierno me está dando. Pero también puede ser porque he estado en España de vacaciones cerca de un mes entero, donde en diciembre todos los días el termómetro marcaba los 17ºC y casi siempre hacía sol. Y de repente estaba otra vez aquí, en una rutina que no llegó a ser rutina porque había algunos días festivos de por medio. Y por si fuera poco, me pilló un virus que me dejó tumbada más de una semana. Qué bien. Pero bueno, ¡al menos la semana pasada ya pude trabajar de lunes a viernes como Dios manda! (Ya no sabía ni cómo funcionaba eso…) Pero aún así, la rutina es distinta a la de otras veces. Falta luz y falta calor. Y estoy deseando que cambie el tiempo. 

Un compañero de trabajo me dijo el otro día que “pronto” iba a salir el sol, otro me ha dicho hoy que mañana llegará la primavera....(????) Yo no sé de dónde sacan estas teorías tan sumamente ilusas, pero bueno. Como digo siempre: "Lo bueno se hace esperar", ¿no? Pues nada. Y como dicen en Alemania: “A esperar. Y a tomar té.”