martes, 27 de marzo de 2012

N wie Nordpol - P de Polo Norte



Neulich musste ich für die PR-Agentur einer Freundin eine Telefonaktion machen und u.a. nach bestimmten Ansprechpersonen fragen. Gar nicht mal so einfach, wenn die Nachnamen etwas komplizierter sind als gewöhnlich und man nicht genau weiß, wie sie geschrieben werden. Aber noch schwieriger ist es, zumindest für mich, als etwas schwerhörige „Spanierin“, beim Buchstabieren überhaupt noch mitzukommen. Während in Spanien, zum Beispiel, erstmal gefragt wird, ob man überhaupt was zum Schreiben hat, geht´s in Deutschland, ohne vorher Luft zu holen, sofort los: Martha, Anton, Ulrich, Richard, Ida, Siegfried, Cäsar, Heinrich, Anton, Theodor...das alles, um beispielsweise Maurischat zu sagen, und das auch noch in Win-des-ei-le! Meistens bleib´ ich schon beim Ulrich stehen und warte, bis der Marathon-Monolog zu Ende ist, um netterweise nochmal nachzuhaken. Augenrollen. Von beiden Seiten, bestimmt. Aber was kann ich dafür? Meist ist das auch noch so, das ich vor lauter Schnelligkeit meine eigene Schrift nicht mehr lesen kann und ich nochmal im Internet nachschlagen muss. Was für ein Glück, dass es dich gibt, Google!
Lustig war´s auch, als ich einmal bei einem Namen ganz vorsichtig fragte, ob´s mit C oder K geschrieben wird und die Sekretärin, statt „C“ oder „K“ zu antworten, mir sofort ins Wort fiel: „Conraaaaad“. Aha. Tja, gut das ich weiß, wie Conrad geschrieben wird, sonst hätte ich ja nochmal nachfragen müssen und das wäre sehr riskant gewesen. ;-)
Am besten ist das „N“ wie Nordpol. Wenn DAS dran kommt, dann muss ich mir das Lachen wirklich verkneifen, da ich an eine Freundin denken muss, die einmal tatsächlich „Nordpol“ als Wort ausgeschrieben hatte und erst später mitbekam, dass es sich ums Buchstabieren handelte. Logisch, die sagen ja vorher auch nicht Bescheid, dass es losgeht...
Ist halt nicht so einfach alles, hier, in Deutschland. Vielleicht wäre es einfach(er), es wie die Mexikaner zu machen, die geben für jeden Buchstaben nämlich einen Tiernamen an. Ist doch süß!
Nun, das war´s für heute! Emil, Nordpol, Dora, Emil.



Hace poco tuve que realizar varias llamadas telefónicas para una empresa de RRPP de una amiga y, entre otras cosas, preguntar por ciertas personas. Nada fácil cuando los apellidos son más complicados de lo normal y una no está muy segura de cómo se escriben. Pero más difícil es aún, por lo menos para mí, como “española” un poco sorda, mantener el ritmo del deletreo.
Mientras que en España, por ejemplo, lo primero que hacen es preguntarte si tienes algo para escribir, en Alemania arrancan sin coger aire siquiera: Marta, Antonio, Ulises, Ramón, Inés, Sábado, Carmen, Historia, Antonio, Tarragona…todo esto para decir, por ejemplo, Maurischat, y todo a un ritmo ¡qué-pá-qué! Yo muchas veces me quedo parada en Ulises y espero a que termine el maratón-monólogo para luego, amablemente, preguntar de nuevo. Desesperación. Por ambas partes, seguro. Pero, ¿y qué hago? Muchas veces incluso, de la prisa que me doy, ni siquiera consigo leer mi propia letra y tengo que mirar el nombre en Internet. ¡Menos mal que estás tú, Google!
Una vez fue muy gracioso cuando, cuidadosamente, pregunté si un nombre se escribía con C o con K y la secretaria, en lugar de contestar “C” o “K”, me interrumpió con un: “Conraaaad” (un nombre común de aquí, pero vaya, que por poco estoy en las mismas). Aha. Bueno, menos mal que sé cómo se escribe Conrad, porque si no hubiera tenido que preguntar de nuevo y eso hubiera sido muy arriesgado.
Lo mejor es la „P“ de Polo Norte. Cuando toca ESO de veras que tengo que aguantarme la risa, porque me tengo que acordar de una amiga que en una ocasión llegó a escribir de veras “Polo Norte” en el papel, ya que se enteró más tarde de que estaban deletreando un nombre. Claro, como no avisan…
Ains...todo esto no es fácil, aquí, en Alemania. Quizás sería una buena idea hacerlo como lo hacen los mejicanos, que para deletrear utilizan nombres de animales. ¡Qué lindo!
Bueno, ¡esto ha sido todo por hoy! Francia, Inés, Navarra.