Winter blues...was
für ein schönes Wort für eine solche stimmungslose Bedeutung. Der Winter kommt
und die Menschen werden schlapp, müde und haben einfach keine Lust zu gar
nichts. Dazu kommt noch, dass sie Heißhungerattacken verspüren und ständig was Süßes
essen müssen. Aber klar, wer rappelt sich denn später auf, um zum Sport zu
gehen und diesen Winterspeck loszuwerden? Genau: Niemand. Und warum? Weil es draußen
arschkalt ist, es schneit, die Straßen sind glatt und bei dem Gedanken, dass
man mindestens 10 Minuten braucht, bis man fertig angezogen, bzw. "eingepackt" ist, vergeht einem die Lust, überhaupt noch vor die Tür zu gehen. Und das alles
nur, weil LICHT fehlt, das muss man sich erstmal vorstellen!
Dies hier ist nun mein dritter Winter in Berlin und bis jetzt
hatte mich diese Jahreszeit nie groß beeinflußt. Im Gegenteil: Ich fand es sogar
toll, die Winterklamotten aus dem Schrank zu holen, meine Stiefel anzuziehen
und mit ihnen durch den schönen, weißen Schnee zu tapsen. Ich hatte es immer
genossen, mich dick anzuziehen und fand es lustig, mich in Mützen, Handschuhen
und Schals einzumummeln. Klar, ich komme aus Spanien und solche Accessoires kenne
ich praktisch nur aus Katalogen, denn benutzt werden sie ja kaum....Aber nun
gehen mir diese Accessoires so ziemlich auf den Keks. Mützen trage ich nicht
gerne, Handschuhe verliere ich immer und Schals? Mh. Ja, die sind ok, aber
sobald es anfängt zu schneien, werden sie nass und dann ist das nicht mehr
lustig.
Nee, also der Winter blues hat mich dieses Jahr so ziemlich
getroffen. Liegt aber auch vielleicht daran, dass ich fast einen Monat in
Spanien im Urlaub war, wo es im Dezember jeden Tag locker 17ºC waren und fast
immer die Sonne schien. Und dann plötzlich war ich wieder hier, in einen
Alltag, der wegen den übriggebliebenen Feiertagen gar kein richtiger Alltag war.
Hinzu kam noch ein Virus, wegen dem ich über eine Woche lang flach lag. Na
toll. Aber glücklicherweise konnte ich letzte Woche zum ersten Mal wieder von
Montag bis Freitag arbeiten! Ich wusste gar nicht mehr, wie das ging. Aber trotzdem, der Alltag ist anders als sonst. Es fehlt
Licht und es fehlt Wärme. Und ich kann es nicht abwarten, bis hier wieder so einigermaßen
schönes Wetter ist!
Ein Arbeitskollege meinte neulich, „bald“ würde die Sonne scheinen und ein anderer sagte mir heute, morgen käme der Frühling...(?????) Also, ich weiß nicht, wo sie diese äußerst naiven Theorien her haben, aber okay. Wie man in Spanien immer sagt: "Das Gute lässt auf sich warten". Also, abwarten. Und Tee trinken.
Ein Arbeitskollege meinte neulich, „bald“ würde die Sonne scheinen und ein anderer sagte mir heute, morgen käme der Frühling...(?????) Also, ich weiß nicht, wo sie diese äußerst naiven Theorien her haben, aber okay. Wie man in Spanien immer sagt: "Das Gute lässt auf sich warten". Also, abwarten. Und Tee trinken.
Winter blues lo llaman aquí...o lo
que es lo mismo: melancolía de invierno.
Qué expresión más bonita para un significado tan carente de ánimo. Llega el
invierno y las personas están flojas, tienen sueño y simplemente no tienen
ganas de hacer nada. A esto hay que añadir los antojos que vienen y se quedan y
esas ganas insaciables de comer algo dulce a todas horas. Pero claro, ¿luego
quién se pone las pilas para ir a hacer deporte y perder esos kilos de más? Exacto:
Nadie. ¿Y por qué? Porque fuera hace un frío del carajo, está nevando y las
calles están resbaladizas y con pensar el tiempo que tarda uno en vestirse o,
mejor dicho, en "empaquetarse" (mín. 10 minutos), a uno se le quitan las ganas de
salir a la puerta de su casa. ¡Y todo esto porque falta LUZ! Es que es muy
fuerte.
Este es mi tercer invierno en Berlín y hasta ahora esta
estación del año no me había afectado en absoluto. Todo lo contrario: Me
encantaba sacar la ropa de invierno y ponerme mis botas con piel de borrego
para luego ir andando por la recién caída nieve blanca. Disfrutaba con vestirme
así y me hacía hasta gracia eso de ponerme gorros, guantes y bufandas. Claro,
vengo de España y este tipo de accesorios prácticamente sólo los conocía de los
catálogos. Como no nos hacen falta, pues….Pero ahora estos accesorios me están
tocando la moral. Los gorros no me gustan, los guantes los voy perdiendo por
ahí y ¿las bufandas? Mh…bueno, sí, están bien, pero en el momento que empieza a
caer la nieve, éstas se empapan y ya no hace tanta gracia.
No, este año la melancolía de invierno me está dando. Pero
también puede ser porque he estado en España de vacaciones cerca de un mes
entero, donde en diciembre todos los días el termómetro marcaba los 17ºC y casi
siempre hacía sol. Y de repente estaba otra vez aquí, en una rutina que no
llegó a ser rutina porque había algunos días festivos de por medio. Y por si
fuera poco, me pilló un virus que me dejó tumbada más de una semana. Qué bien. Pero
bueno, ¡al menos la semana pasada ya pude trabajar de lunes a viernes como Dios
manda! (Ya no sabía ni cómo funcionaba eso…) Pero aún así, la rutina es distinta a la de otras veces.
Falta luz y falta calor. Y estoy deseando que cambie el tiempo.
Un compañero de trabajo me dijo el otro día que “pronto” iba a salir el sol, otro me ha dicho hoy que mañana llegará la primavera....(????) Yo no sé de dónde sacan estas teorías tan sumamente ilusas, pero bueno. Como digo siempre: "Lo bueno se hace esperar", ¿no? Pues nada. Y como dicen en Alemania: “A esperar. Y a tomar té.”
Un compañero de trabajo me dijo el otro día que “pronto” iba a salir el sol, otro me ha dicho hoy que mañana llegará la primavera....(????) Yo no sé de dónde sacan estas teorías tan sumamente ilusas, pero bueno. Como digo siempre: "Lo bueno se hace esperar", ¿no? Pues nada. Y como dicen en Alemania: “A esperar. Y a tomar té.”